La escuela cinematográfica de este país se bifurcó claramente: el realismo y la fantasía. La primera de estas tendencias encontró en el filme Tres hermanas de corazón puro (1935), de Mikio Naruse, a su primer gran representante.
En cuanto al cauce fantástico, fue Mizoguchi quien en 1953 llevó al extremo la lírica sobrenatural con su bellísima Ugetsu Monogatari / Cuentos de la luna pálida.
Esta película, por cierto, se sitúa en el Japón medieval, el shogunato, y es parte de un subgénero que abordó un periodo nacional fundamental para entender la idiosincrasia de este país.
En esta entrada vamos a hablar de La Animación
Sin duda el máximo exponente de este género es Hayao Miyazaki, cuya obra destaca por resaltar los valores humanos con base en una técnica excepcional que conecta con el público a nivel estético, creando un espejo suspendido en el tiempo. Cintas imperdibles son La princesa Mononoke (1997) o El viaje de Chihiro (2001). Un par de autores más para tomarse en cuenta: Kastsuhiro Ōtomo (Akira) y Satoshi Kon (Paprika).
Aquí os dejo una pequeña introducción sobre uno de los estudios de animación japonesa mas importantes
Me gusta mucho la entrada en sí, lo que le pondría a lo mejor es un poco más de color, por lo demás me gusta que sea tan resumido y claro.
ResponderEliminarDébora Benaim